LA SANTA CRUZ

La historia de Limache se entrelaza con la historia de la Parroquia, tan profundamente, que basta sólo mencionar que en el Siglo XVII el nombre de Limache o LLi-Machi, como lo llamaban los aborígenes de la zona, se cambió por el de Asiento de la Santa Cruz.

Posteriormene el nombre pasó a ser Valle Alegre de Limache y luego volvió a ser Limache.

El Santo Cristo de Limache

Según la tradición, un indio que buscaba leña, en 1634, encontró en el corazón de un espino, la figura que resemblaba a Cristo y que fue atribuida a un milagro.

(Tomado de la Historia de Limache de Belarmino Torres)
Al menos seis obispos fueron testigos, entre otros sacerdotes de alta fama, como el Padre Alonso de Ovalle (1640),quien escribió:
” Corrió la voz de tan gran prodigio y una señora muy noble y muy devota le edificó una iglesia”.

Era esa señora probablemente doña María De Osorio, viuda de Francisco Rivero el mozo, propietario también a la sazón de la vecina estancia de Viña del Mar.
“Yo confieso de mí, que luego de los umbrales de la Iglesia vi este prodigioso árbol, a la primera vista se me presentó en un todo confuso, aquella celestial figura del crucifijo, me sentí movido interiormente y, como fuera de mi reconociendo a vista de ojos lo que apenas se puede creer si no se ve, ni yo había pensado que era tano, aunque me lo habían encarecido como merece”.

El mismo Padre hizo grabar de memoria un retrato de aquella imagen; y enseguida otros artistas de igual fuerza, como el Padre Agüero en su Descripción Historial de Chiloé, reprodujo la lámina con la fe fervorosa de su siglo.

La Iglesia de la Santa Cruz era parte sufragánea del curato de Renca y más tarde trasladaron alli la ponderada imagen (se supone por la fecha de consagración que fue en 1751), hasta que se quemó en el templo a fines del pasado siglo.
De aquí el que se le llame también el Cristo de Limache, el Santo Cristo de Renca.
En la provincia de San Luis de la Punta, república Argentina, existe una subdelegación rural que lleva esa denominación oficial.

También cuenta la historia que por muchos años fue aquel leño el rival de su memorable contemporaneo, el Señor de la Agonía, que todavía se venera en la Iglesia de las Agustinas (Santiago).

Fuentes Bibliográficas:
“Viaje de Valparaíso a Santiago”, Benjamín Vicuña Mackenna, Chile. 1877.

Historia de Limache, en “Chile – Obra Histórica, Biográfica e Informativa”. Bellarmino Torres Vergara, Chile, 1957.